Al realizar el proyecto de una vivienda, y en general de cualquier tipo de edificación se debe dar respuesta a una serie de demandas, necesidades y condicionantes que podemos resumir en cuatro grandes grupos:
· El programa de necesidades determinado por el propio usuario de la vivienda o en el caso de no existir un destinatario fijo establecido por el promotor atendiendo a las demandas habituales de composición de una vivienda según la zona de que se trate.
· Los condicionantes fijados por los reglamentos de edificación que regulan la construcción de inmuebles y que concretan básicamente la superficie de ocupación dentro del predio, el volumen edificable, el número de plantas permitidas, la separación a las distintas colindancias y a las fachadas, etc.
· Las condicionantes que presentan la naturaleza: topografía del terreno, vegetación, clima, orientación, etc.
· Las condicionantes derivadas de la cultura, tradición arquitectónica, preexistencias ambientales y otros factores relacionados con la zona en la que va a emplazarse la futura vivienda.
Conseguir el objetivo de dar una respuesta adecuada a todo ese cumulo de variables que inciden de manera importante en el proyecto de una vivienda, es complejo y apasionante.
De la inteligencia y sensibilidad con que se manejen los datos de inicio o de partida, dependerá en gran medida la bondad de los resultados que se consigan.